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jueves, 30 de diciembre de 2010

ELLA era así...

Ella era así: coqueta, delgada, pelo negro azabache peinado en una trenza muy larga y en su mirada una extraña tristeza.
Nunca supe toda su historia, no sé como fue su infancia, su adolescencia, su juventud. Aunque sí recuerdo su bella caligrafía, le gustaba mucho escribir, principalmente cartas, con las que al paso del tiempo se comunicaría con sus hermanas .
Fue una mujer muy católica, vivió de acuerdo a los valores cristianos, los cuales trasmitiría a sus hijos.
Me contaron que a los 28 años conoció el amor de la mano de un joven, que al enterarse que esperaba un hijo suyo se fue, dejándola sola con el desprecio de su padre, su familia y toda la sociedad. Así fue que rodando, rodando la madre soltera llegó a Montevideo. Fue de casa en casa, trabajando de mucama en aquellos lugares que por caridad la aceptaban con una niña, favor que con mucho trabajo y servicio tendría que pagar.
Cuando la niña tenía tres años aparece en escena un hombre bastante mayor que ella, él le ofrece un lugar donde vivir y abastecer sus necesidades. Así fue como este hombre maduro, posesivo y tan dadivoso la cautivó, ahora ella tendría solo que servirlo a él, y tendría más tiempo para su hija.
A medida que avanza el tiempo y van naciendo sus otros 4 hijos, el proveedor se torna más celoso, controlador, dañino, todo se encuentra amenazado en sus crueles arrebatos.
Durante un tiempo ella vivió así, callada, silenciosa, sumisa, dedicada a las tareas del hogar, amando a sus hijos, cuidando gallinas, pollitos, loros, perros, gatos y atendiendo la quinta.
Su vida pasaba de regar, recoger tomates, choclos, verduras varias, a lavar platos y ropas, después la ceremonia de recoger huevos en el gallinero donde las suaves y ansiosas manos de sus pequeños, esperaban tan ansiado tesoro.
Nunca se demostraron afecto ni cariño, ella comenzó con él por la necesidad de subsistir ,los gritos, insultos y golpes se hicieron costumbre.
Muy caro le cobró la vida su necesidad, nunca la pude comprender hasta hoy.
Se que ella no pudo salir, aunque igual encontró una salida aquel día, aquella tarde de otoño, una moto, un frenazo, un grito… y por eso en su lecho de muerte dijo: “CUIDEN A MIS HIJOS”.
Ella fue una mujer acorralada, por sus miedos, sus creencias, su familia, las estructuras sociales, le tocó vivir en una época dónde no se hablaban ciertos temas, donde la mujer era un objeto de uso cotidiano, no habían leyes, ni 0800, ni servicios gratuitos de apoyo a la mujer como hoy.
Ella fué Coca… mi madre, una mujer que no conoció sus derechos.

Autora: Maru.

Escrito del libro ROMPIENDO CADENAS

sábado, 11 de diciembre de 2010

Recordamos a María Ester Gatti de Islas

María Ester GattiNació el 13 de enero de 1918, en Montevideo, en la calle Guaná 2012.

Cursó sus estudios primarios en la Escuela Pública en el barrio Cordón, donde vivía. Cuando terminó sus años escolares, ingresó en la Universidad de las mujeres y luego al Instituto Magisterial para recibirse de maestra con 17 años, en 1935.

No pudo comenzar a trabajar en la escuela pública, hasta 5 años después, al negarse a firmar una adhesión al régimen del dictador Gabriel Terra.

En 1948 se casó con Ramón Agustín Islas González de cuyo matrimonio nació el 18 de abril de 1953, su única hija Maria Emilia.

Vivió gran parte de su vida  en el barrio de Colón.

Su hija Maria Emilia también inicio sus estudios de magisterio y se caso con Jorge Zaffaroni Castilla en 1973.

Perseguidos por la dictadura por su militancia política en la ROE (Resistencia Obrera Estudiantil), el matrimonio Zaffaroni- Islas debe refugiarse en la Argentina, en donde participan de la fundación del PVP.

El 22 de marzo de 1975, nace en Argentina su nieta Mariana,

El 27 de setiembre de 1976, María Emilia, su esposo Jorge Zaffaroni y su nieta Mariana, fueron secuestrados en Argentina por fuerzas militares uruguayas y argentinas.

A partir de ese momento, María Ester, convirtió su dolor en lucha iniciando una batalla, enfrentada al poder dictatorial primero y a la insensibilidad y la complicidad de los gobiernos democráticos que siguieron a la dictadura.

Junto a Luz Ibarburu de Recagno, Violeta Malugani, Maria Elena Antuña de Gatti, Irma Hernandez y Milka Prieto, inician las primeras denuncias colectivas, (entre ellas a la OEA) de los desaparecidos uruguayos en la Argentina, que darán lugar, posteriormente, a la conformación del grupo de Familiares de uruguayos Detenidos Desaparecidos en Argentina.

En 1979 cuando son ubicados los hermanitos Julien, en Valparaíso, Chile, viaja a ese país, ante la posibilidad de que su nieta haya sido llevada con ellos.

Fue una activa propulsora de las denuncias, ante los organismos internacionales y los distintos estrados judiciales nacionales y extranjeros.

Entre las múltiples gestiones y entrevistas que realiza logra interpelar al mayor Gavazzo en dictadura para reclamarle por su nieta, en el mismo domicilio de este.

Encara la búsqueda en Argentina junto con Abuelas de Plaza de Mayo, donde se recogía la información de los presuntos hijos de desaparecidos.

El 24 de julio de 1980, fallece su esposo de un ataque cardiaco..

En 1983 obtiene la primer información respeto a su nieta, al publicarse  en Brasil una entrevista a un represor argentino que dice que otro represor se habría apropiado de la niña.

Viaja a Brasil con la madre de Jorge Zaffaroni, donde realiza contactos con organizaciones de derechos humanos y políticos interesados en el tema.

Posteriormente se recibe información de quien es el represor que se habría apropiado de su nieta, Miguel Angel Furcci, miembro de la SIDE argentina, dando origen a la presentación de la denuncia ante la justicia argentina.

Luego de un largo e irregular tránsito por los juzgados argentinos de la denuncia y el pedido a la justicia de medidas cautelares, se da la fuga de los apropiadores con Mariana, al Paraguay.

Posteriormente viaja a Paraguay junto con Milton Romani, siguiendo datos para ubicar a Mariana.

En 1985, presenta junto a un grupo de familiares de desaparecidos, una denuncia penal ante la justicia uruguaya, la que no prospera en virtud de la aprobación por el Parlamento el 22 de diciembre de 1986, de la Ley de caducidad.

Junto a Elisa Dellepiane de Michelini, Matilde Rodríguez de Gutiérrez Ruiz, a partir del 5 de enero de 1987, preside la Comisión Nacional pro-referéndum, movimiento que busco mediante el referéndum, anular la ley de caducidad.

En ese marco que culmino con la realización del referéndum el 16 de abril de 1989, fue una incansable participante de actividades en todo el país y a nivel internacional. Realizo dos giras europeas, una acompañada de Luz Recagno y otra por Sara Méndez.

En 1992 es ubicada nuevamente Mariana, y le es restituida su identidad y son procesados los apropiadores.

El 19 de abril de 2007, integra la Comisión presidida por Mario Benedetti, del Museo de la Memoria.

El 27 de marzo de 2008, fue designada por la Junta Departamental de Montevideo, ciudadana ilustre.

Fue una impulsora del voto rosado, con el fin de lograr la anulación de la ley de caducidad en octubre del 2009. Durante una de sus últimas apariciones públicas, María Ester expresaba: "No hay que perder jamás la esperanza y tampoco la decisión de luchar".

Mantiene hasta los últimos días de su vida una infatigable búsqueda de su hija Maria Emilia y todos los desaparecidos. Fallece el domingo 5 de diciembre de 2010, a los 92 años de edad acompañada de su nieta Mariana en la Residencia San José de la calle Millán donde vivió los últimos años formando parte del proyecto solidario “Ibiray”. Al igual que muchos familiares, muere sin saber la suerte de su hija.